Buenos días mis niñas y niños,
Echabais de menos la entrada de hoy, ¿verdad? Intento ponerme al día y poder ofreceros una entrada diaria, pero a veces no puede ser, así que espero que me perdonéis si algún que otro día, remoloneo un poquito y os presento una entrada en otra ocasión.
Evidentemente, hoy no es ese día “remolón”. Tengo una entrada aquí para vosotr@s, en esta preciosa mañanita que pinta ya bastante otoñal, en la que hace fresquito y que significa para algun@s, el primer día de la vuelta al cole. ¡Madre mía! No me quedan atrás los días del pupitre… El tiempo pasa volando. Y aunque hace muchos años de la última vez que viví una “vuelta al cole”, no puedo evitar sentir ese cosquilleo de nervios y alegría en el día de hoy, como si de verdad volviera al cole tras un largo verano. Jejejeje, si es que soy así de rara En fin, que me estoy enrollando y no estoy por lo que tengo que estar…
Hoy vengo acompañada de las palabras de un hombre muy divertido, que unas veces hacía y decía tonterías por hacer reír, y otras, hacía y decía tonterías para que a través de la risa aprendieramos algo valioso.
No sé si a algun@s de vosotros os sonará el nombre de George Carlin. Se trata de un comediante americano que murió hace ya unos años y que, entre otras cositas muy chulas, nos dejó el siguiente escrito:
La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, más expertos pero más problemas, mejor medicina pero menor bienestar.
Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reimos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez.
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestro alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Fabricamos ordenadores que pueden procesar mayor informacion y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos.
Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.
Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aqui siempre.
Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.
Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.
Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.
Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.
Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.
Y siempre recuerda:
La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.
Grande, ¿verdad?
Como después de esto no se puede añadir nada más en la entrada de hoy, os dejo con un par de Cinde-Chuches para descargar.
¡Que tengáis un chupi día molón!
Bienve Prieto – Cinderella